Archivos de la categoría ‘General’

>

Las Organizaciones sin fines de lucro no han quedado ajenas a las transformaciones y cambios sociales de las última década, por el contrario han sido gestoras de muchos cambios sociales. Si bien en un momento de la historia resistieron al sistema y operaron “fuera de él”, hoy intervienen desde el mismo sistema, abriendo una oferta de soluciones a los fallos del mismo.
Las ONGs de este siglo, como lo plantea Jhon Elkington (http://bit.ly/fttmgN) se focalizarán en las soluciones de los mercados y no en sus fallas (desviación positiva); invertirán mucho en redes sociales y colaborativas; Trabajaran estrategias de comunicación para mostrarse como óptimas inversiones para los simpatizantes de sus misiones; Adoptarán mejores prácticas de transparencia, contabilidad, y gobierno.
En nuestros días no son muchas ONG´s las que pierden el tiempo pensando en negocios, el tema del lucro tiende a ser dejado solo a los mercados (aunque existen excepciones a la regla). Sin embargo, la mayoría de las Organizaciones sin fines de lucro tienen una profunda influencia en los mercados, a través del poder de persuasión del principal motor de la economía, los consumidores y consumidoras (campañas anti-negocios, inteligencia de mercado, compromiso de mercado, mercados sustentables y cuidado del medioambiente, comercio justo, etc. Por ejemplo: http://bit.ly/fTxI3P).
El punto en común que nos mueve es que el mercado global necesita ser focalizado en el respeto por los derechos humanos, así como la justicia y responsabilidad para aquellos que abusan de estos derechos. Un creciente número de ONGs están hoy por hoy trabajando para generar mayores beneficios sociales y medioambientales, levantando la voz para corregir las políticas públicas que no funcionan, uniendo manos de manera colaborativa, haciéndose parte de las soluciones. Los Hombres y mujeres que se hacen parte de este tipo de organizaciones representan rasgos de líderes transformadores, que trabajan para dejar huellas, generan impactos profundos en la vida de sus comunidades y redes.
Lo que se espera de estos Equipos es que; gobiernen para determinar la dirección de la organización y hagan planes y políticas, empleen, apoyen y evalúen a los jefes ejecutivos, aprueben presupuestos y monitoricen los gastos, que recauden fondos, promuevan la causa y misión de la organización.
Definitivamente, el futuro está en el emprendimiento social, pero más que una apuesta por un modelo de trabajo que apoya económicamente o reporta beneficios para desarrollar ideas sociales. Como Ashoka, Esade, Generalitat de Catalunya, Grupo Intercom, etc. (Sin desmerecer su trabajo) se trata de abrir espacios de empoderamiento de ciudadanos y ciudadanas, co construir con la comunidad un modo de vida basado en el respeto por los Derechos humanos y el Ejercicio de ellos, al menos así lo creemos en la Corporación Chasqui. 

>Una mejor persona

Publicado: junio 11, 2010 en General

>Una amiga me dijo que uno no elige tener hijos, sino los hijos eligen a sus padres…son tan puros que se sacrifican para venir a enseñarnos a ser mejores personas.

Hace un par de días mi esposa me hizo saber que sería padre, sin dimensionar por completo que significa esto, lo primero que se me vino a la mente fue un deseo superior de alcanzar un nivel más elevado de desarrollo, de ser el mejor papá que yo podría ser.

Esta sensación ha comenzado a fluir en mi, en mi mundo, como un río que baja desde la cordillera…es impresionante, ahora, tengo mi atención en la paternidad… comienzo a descubrir mi entorno, el mismo mundo de siempre, pero con otros ojos; comienzan a visualizarse en la familia, en los amigos, en los medios de comunicación, a diferentes hombre en roles de padre. Mientras unos dicen que a ser padre se aprende paso a paso, otros dicen que uno nunca esta preparado para ser padre.

Uno parte superando sus propios miedos, enfrentándolos….yo acabo de visitar al odontólogo (con el que no he tenido una buena amistad desde mi infancia) …quiero recibir a mi hijo/a con mi mejor sonrisa…porque si el día de mañana mi hijo/a le teme al dentista quiero estar ahí para decirle que se puede vencer ese fantasma, que todo es posible!!
Es increíble la fuerza que te da una noticia así, de un momento a otro me siento «superman» …y a pesar de los días nublados, brilla el sol para mi.
Un hijo/a te cambia la perspectiva, el ego comienza a bajar sus niveles y comienzas a dar más de ti a este otro ser…que es tu sangre, tu piel, tus modos…
Un hijo/a te hace reflexionar acerca de quién has sido, quién eres, y quien vas a ser…
cuáles son tus valores y si eres consecuente con ellos.
Hace tiempo le dije a mi Esposa, que estábamos creando un espacio de amor entre los dos, y hoy me parece que ese espacio se esta cristalizando en su vientre.
Un hijo/a te da la posibilidad de renacer, y no importa que tipo de sujeto has sido…lo importante es que siempre un niño/a llega a nuestras vidas trayéndonos a la mente una antigua promesa de esperanza que tenemos con nosotros mismos; podemos ser mejores personas de lo que hemos sido, podemos, es posible!!

Estaba reflexionando en la publicidad y encontré algunos elementos que quisiera compartir; Sabias que existen investigaciones de audiencias que concluyen que la publicidad se basa con frecuencia en la capacidad de recordar del público (ésto contemplando que la memoria de las personas es frágil). Algunos expertos como Kugman explican que para lograr el aprendizaje de la audiencia hay que recorrer 3 etapas: Curiosidad, Reconocimiento y desición. Las empresas no quieren que el consumidor aprenda….sino que se acuerden de la marca al momento de comprar.

Lo que se dice tiene que ser relevante y con sentido para el público, considerar el significado de las cosas, el sentido que le otorgan las personas a las mercancias.

En este sentido, observando  informes publicitarios….creo que no tiene sentido generar discusión en torno a las marcas que cometiron infracciones a la Ley del Consumidor, pues sería otro dispositivo para que los consumidores recordaran la Marca…. pero me hace ruído buscar formas de develar que los proveedores solamente se interesan por que los consumidores recuerden comprar sus marcas…y se aprovechan de los símbolos sociales….los deseos y sueños de las personas para ello.

Educar para el Consumo es Redimir

Publicado: abril 11, 2008 en General
Etiquetas:, ,

En nuestro país, existe incoherencia entre las capacidades de consumo de las capas sociales superiores que transmiten el modelo de consumo predominante, y el resto de la población, lo que se percibe en las transformaciones de la cultura local vivida en diferentes contextos de nuestro territorio, con la absorción de nuevos estilos de vida, de cierta manera impuestos en estos contextos por el modelo neoliberal. El modelo de desarrollo Capitalista promueve nuevas pautas de consumo que difieren en contenido y forma de los modelos históricamente conocidos[1]. La lógica del sistema capitalista ha instalado la imagen de un “Consumidor Soberano”, asumiendo que este toma sus decisiones de manera aislada, racional, e informado sobre las alternativas y consecuencias de sus decisiones y elecciones. No obstante, se hace ineludible comprender que las necesidades de consumo, más que responder a impulsos biológicos, son producto y resultado de relaciones socioculturales complejas, que se definen según los modos en que cada sociedad define su sistema de necesidades, es decir, las necesidades se producen y reproducen en contextos sociales. El comprender las necesidades como “estructuras mediatizadas por lo social”, implica que tanto las prioridades de las personas como los modos en que suplen sus necesidades son el resultado de las estructuras sociales y contextos históricos en que habitan. Es decir, originadas por un objeto simbólico social, más que por el deseo.

 

Como en otras sociedades capitalistas, la “producción simbólico social de la necesidad” en Chile se caracteriza por orientar al consumo estimulando la demanda de bienes y servicios en el mercado. Generando un fuerte efecto de demostración de status y de pertenencia a determinados segmentos del estrato social.

 

Lo anterior nos lleva a reflexionar en torno a que los espacios de interacción producidos por el consumo son espacios de poder, en tanto las relaciones de consumo no responden necesariamente a una relación libre o individual. Desde esta perspectiva Educar es redimir.

 

La educación para el consumo puede modificar parcialmente este fenómeno, en la medida que se preste una adecuada atención conceptual y metodológica a aspectos como contemplar el conocimiento de cómo las personas conciben la realidad económica, para el diseño de estrategias educativas más eficaces y para el desarrollo de hábitos más efectivos de consumo[2], el fomento del uso racional de los recursos y la participación ciudadana en estrategias de intervención en problemas de asimetrías de información o desigualdades sociales. 


[1] Pérez, L; 2005

[2] Denegri,M; 1999

Casi imperceptiblemente, el mito vislumbra las creencias acerca de las costumbres socioculturales apropiadas para cada uno de nosotros, como imponiendo un “sentido de lugar” (un sentido de lo correcto, de lo usado), a modo de nuestra ubicación inconsciente en el espacio social. De esta forma, son inscritos en nuestras mentes y en nuestros cuerpos (en lo que pensamos, en lo que vestimos y consumimos), disposiciones al consumo sociocultural (o lo que Bourdieu llama Habitus[1]) que impone una forma de ser y de estar, de pararse en el campo social, un punto de vista, o una vista desde un punto en el espacio social.

El mito puede ser una forma imperceptible de Poder Simbólico, y por tanto de violencia simbólica[2]. Esto, cuando actúa como un dispositivo de poder que neutraliza la voluntad de acción de las personas, sin qué éstas lo perciban como tal.

Lo anterior lo explicamos como causa de que los mitos o creencias se han engendrado en campos de producción cultural particulares, en los cuales sólo ‘tienen la pelota’ aquellos que dominan los patrones de producción, y definen lo valido, lo valioso, y cuentan con el poder para reproducirlo y legitimarlo en los diferentes contextos sociales.

En Chile, los niveles socioeconómicos más acomodados, con estéticas más burguesas, tienden a aspirar en términos generales, a cánones de belleza como cuerpos más esbeltos y refinados. Se otorga un valor estético positivo a los cuerpos esbeltos, delgados, flacos. Imágenes que son reesforzadas por la Moda, por la publicidad en los medios de opinión pública, promociones de ideas y creencias en torno a lo esbelto como un valor estético positivo que se reproduce de generación en generación, en los miembros de la familia; “Ser delgado es más saludable”, “estas preciosa, más delgada…”, etc.

Por ejemplo, si nos detenemos a reflexionar en la disposición al consumo de alimentos en las clases populares chilenas, y tratamos de develar el mito, nos encontramos con fenómenos como el siguiente; Hace poco, un programa de la TV abierta mostraba como una familia de clase media baja creía que llevar una dieta saludable significaba gastar más dinero de su precario presupuesto. La experiencia mostraba como la familia invertía 130.000 pesos chilenos al mes en alimentación. Después de la asesoría de una Nutricionista, la familia adquiere hábitos más saludables, con un gasto en alimentación de 100.000 pesos chilenos al mes.
La familia sostenía el mito de que alimentarse en forma saludable era más caro, por lo que está destinado a niveles socioeconómicos más altos. El mito quedo desmentido con la comparación del monto del presupuesto destinado a la alimentación. Si nos detenemos a analizar el mito, encontramos la creencia, en las clases populares, de que llevar un estilo de vida saludable, alimentarse más sano, hacer ejercicio, etc. Es un privilegio de clases más acomodadas, de que se necesita tener más recursos para aquello, etc. El mito se vislumbra, en este caso, en frases como; “las viejas de la población son guatonas”, “las cuicas son flacas”, “comer sano es caro”, etc.

Existe una forma de discriminación, encarnada en el estigma de ser gordo o padecer de sobrepeso. Se percibe como una forma de racismo o clasismo (Violencia Simbólica), como un valor estético negativo. Ser gordo puede ser un signo de no pertenecer a la “socialite”, de pertenecer a las clases populares, esta fuera de los cánones de belleza. “Ser gordo es de Rotos”.

En ambos casos, se le atribuye un valor social, una significación social, que tendrá el sentido que le asignen los diferentes puntos de vista en el espacio social, en concordancia con sus Habitus socioculturales.

Para Pierre Bourdieu; “El poder simbólico es un poder de hacer cosas con palabras”. La producción de creencias nos mueve usualmente a hacernos de frases que, al ocultar su violencia simbólica, contradicen nuestros propios supuestos o ideales. El mito es un potente generador de creencias que alimenta el sentido común; por ello, parte de la tarea de un Cientísta social, de un Educador, o de un Ciudadano crítico es brindar los elementos que permitan, ampliar la mirada, ‘desmitificar’ la realidad que el mito intenta ocultar.

El espacio social esta lleno de mitos y creencias acerca de lo Real, lo Bello, lo Bueno, etc. Todos a su modo y en su contexto determinado, ejercen una forma de poder simbólico sobre el comportamiento de las personas.
Los mitos funcionan como un principio organizador de la multiplicidad de grupos que actúan en las ciudades.

Los individuos, entran en relación con otros a partir de un comportamiento afectual y a partir de un espacio (físico o simbólico) que tiene un sentido dado y compartido, y en donde se actualiza la memoria colectiva del mito, esto es, en el rito.

[1] El Habitus genera una forma de identidad y participación, disposiciones al consumo, identificación con ciertas prácticas propias de un grupo social determinado con el que se comparten capitales similares.

[2] En palabras de Bourdieu; “la violencia simbólica es esa violencia que arranca sumisiones que ni siquiera se perciben como tales apoyándose en unas ‘expectativas colectivas’, en unas creencias socialmente inculcadas. Como la teoría de la magia, la teoría de la violencia simbólica se basa en una teoría de la creencia, o mejor dicho, en una teoría de la producción de la creencia, de la labor de socialización necesaria para producir unos agentes dotados de esquemas de percepción y de valoración que les permitirán percibir las conminaciones inscriptas en una situación o en un discurso y obedecerlas.”

Hemos sostenido [1] que las nociones tradicionales de la infancia como un tiempo de inocencia y dependencia del adulto se han debilitado por el acceso de los niños a la cultura popular durante fines del siglo XX y principios del siglo XXI. Esta nueva realidad presenta a los adultos (particularmente a padres y Educadores) un complejo problema que algunos han denominado “el dilema de la infancia postmoderna”. El acceso de los niños contemporáneos a la cultura infantil comercial y la cultura popular no sólo les motiva a convertirse en consumidores, sino que también replantea la inocencia, la situación protegida de las tribulaciones de la existencia adulta que los niños han experimentado desde la llegada de la era de la protección de la infancia.

Los defensores de los valores familiares tradicionales y la disciplina severa para los niños, comprenden que algo ha cambiado, que por alguna razón la autoridad se ha perdido, o mejor dicho se ha replanteado o resignificado. Podemos explicar este fenómeno mediante el acceso infantil al mundo adulto por los medios electrónicos de hiperrealidad, los cuales han sido responsables de generar nuevos discursos que han cambiado la conciencia de si mismos (de los niños contemporáneos), de entidades incompetentes y dependientes, a personas, sujetos de derecho. Esta percepción de si mismos, muchas veces, no se compagina bien con instituciones como la familia tradicional o la escuela autoritaria, basadas ambas en una concepción de los niños como seres incapaces de tomar decisiones por si mismos.

Frente a la pregunta de por qué son los niños tan desafiantes, tan difíciles de controlar en los últimos tiempos; la respuesta implica el hecho de que no se ven a si mismos de la misma manera en que los adultos en estas instituciones. Los niños de hoy no están acostumbrados a pensar y actuar como seres pequeños que necesitan del permiso del adulto y dependen absolutamente de él para actuar. Y si bien es cierto, no todos los niños reaccionan de esta manera a la cultura infantil y a su acceso a la cultura popular, pues diversos grupos de niños pueden responder de manera diferente, no obstante, sigue siendo una realidad la perdida de la autoridad de los adultos o su resignificación, ese poder que antaño gozaron porque sabían cosas que los niños pretendidamente protegidos no conocían. Hoy no se pueden poner barreras a la información adulta; los niños en la actualidad ven el mundo tal como lo presentan los productores de información.

Este cambio en el acceso de los niños al conocimiento adulto sobre el mundo y los cambios en la naturaleza de la infancia que ello produce han debilitado las bases conceptuales / curriculares / administrativas sobre las que ha estado organizada la Educación, por lo que es necesario dar una nueva mirada a las escuelas, a las estrategias educativas.

La tarea con que nos enfrentamos debe orientarse a desarrollar una educación , que contemple colaborar con las nuevas destrezas de ser padres y con las instituciones sociales que tratarán esa revolución cultural, de modo que enseñe a nuestros niños y niñas a dar sentido al caos de información en la hiperrealidad. En este contexto la Educación se transforma no tanto en una institución de transmisión de información, de conocimiento, sino más bien, como en un sitio hermenéutico, es decir en donde se elabora el significado, donde se engendra la comprensión y la interpretación.
[1] En; «Situaciones Permanentes, Estrategias de Desarrollo y Disposiciones Al Consumo Cultural en la Infancia y Adolescencia» Ensayo Publicado en Revista Colegio Electrónico Nº1 2003