>Cada hombre y cada mujer, son seres únicos e irrepetibles. Ésto a pesar de que las personas se invisibilicen en el champurria colectivo. A veces pareciera que por querer pertenecer a un determinado bloque humano, nos perdiéramos a nosotros mismos, nuestra identidad; como nos reconocemos a nosotros y a los otros en la interacción y en la relación social.
Todos dejamos huellas en el entorno, no sólo en el medio ambiente, sino también en otras personas. Lo que somos, en gran parte es producto de las huellas, o la influencia de personajes destacados en nuestra historia de vida; Si no lo cree, realice el siguiente ejercicio: tome un lápiz y un papel y escriba el nombre y las características de cinco personas que han influido en su vida. Ahora responda se:
¿Qué tipo de influencia han tenido en su vida?
¿Las admira? ¿Por qué?
¿Qué valores tiene en común con ellas?
¿Ha sido fiel a los valores que aprendió de estas personas?
Lo importante, es que aprendamos a ser honestos con nosotros mismos, esa es la mejor política.
Estamos en constante cambio, como todo lo que tiene vida, no somos las mismas personas que ayer fuimos. Pero hay una constante, algo se mantiene, nuestra esencia esta en esos valores que nos motivaron a ser mejores personas para dejar huellas en nuestro entorno.
Hace muchos años, un filosofo Romano llamado Cicerón escribió:
«A aquellos que en sí mismos no tienen los medios para vivir bien y felizmente, cualquier edad les es pesada, no hay duda….de poco sirven las armas fuera si no hay buen consejo dentro»
Tarde o temprano la vida se encarga de mostrarnos que lo único que realmente tenemos es a nosotros mismos; la libertad de nuestro pensamiento, la convicción de nuestros valores, y el decoro y templanza de nuestras acciones.
Deje huellas en la vida de otros, no cicatrices
Mauricio Bustos, descifrando Tendencias 